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Certificación de edificios sustentables: ¿El futuro inmobiliario?

¿Edificios sustentables? Quizás más de alguna vez ha escuchado este término, pero no sabe qué significa realmente. A continuación detallamos la nueva tendencia inmobiliaria, y lo que seguramente en pocos años más será un verdadero boom dentro del rubro.

Ciertamente los tiempos no están como para derrochar, menos si esto se refiere a pagar cuentas de luz, agua y calefacción. Eso es un hecho. Pero detrás de esta problemática existe una posible solución para hacer frente a este tipo de situaciones. Los edificios sustentables son, hoy por hoy, una gran alternativa a la hora de generar espacios más eficientes y menos invasivos para el medio ambiente.

¿Pero qué son los edificios sustentables? La tendencia no es nueva. En países como Francia y Holanda un gran porcentaje de los proyectos inmobiliarios se diseñan y construyen bajo estándares de calidad, que antes se tomaban poco en cuenta. Fijarse en el ahorro de energía, disminuir el impacto ambiental durante el proceso de construcción y restringir la producción de residuos, son sólo algunos de los puntos que se toman en cuenta para certificar a un edificio como sustentable.




TORRE TITANIUM. Este proyecto está diseñado para ser un edificio sustentable, con lo que será uno de los más emblemáticos dentro de esta nueva tendencia.
Fuente: Arquitecto Abraham Senerman L.


Certificación de calidad

También llamados edificios verdes, estas construcciones pueden ahorrar hasta un 30% en agua y luz. ¿Cómo? Implementando sistemas que favorezcan un eficiente uso de recursos como la energía necesaria para calefaccionar, refrigerar e iluminar. En definitiva, que se optimicen los recursos de calor, frío y luz natural.

Pero esto no requiere necesariamente mayor tecnología en este tipo de construcciones. “A veces se cree que las viviendas sustentables incorporan alta tecnología, lo que no es necesariamente correcto. Lo central en algunos casos no es alta tecnología, sino por el contrario, la utilización de recursos ya disponibles como una buena aislación o refuerzo de la misma. Con eso se favorece significativamente una baja demanda de calefacción o refrigeración”, indica el director ejecutivo del Instituto de la Construcción, José Pedro Campos.

La certificación de estos edificios no es nueva. Hace más de 30 años los franceses vienen certificando este tipo de construcciones en diversos niveles, con más de 60.000 viviendas certificadas durante el año pasado, los galos no son nuevos en el rubro. Algunos de los puntos importantes en esta certificación es que la construcción impacte lo menos posible al medio ambiente, que se haga cargo de los residuos, que el ruido que se genera en la edificación sea razonable, que no produzca contaminación en el aire y que moleste lo menos posible a los vecinos. En resumen que la etapa de construcción sea amigable con el medio ambiente y el entorno.
Por otra parte, es importante que la obra posea mecanismos para ahorrar energía, como ampolletas de bajo consumo, termopaneles para evitar el uso excesivo de calefacción o aire acondicionado, que posea una humedad interior razonable, que la acústica sea la indicada y que la ventilación en los espacios interiores sea la correcta.

Estos son algunos de los factores trascendentales para que un edificio sea catalogado como ´sustentable´ y así poder disminuir hasta en un 37% la producción de residuos y en un 31% el consumo eléctrico.

Otro aspecto relevante para tomar en cuenta es que el proyecto, una vez entregado, provea manuales de uso a sus habitantes, para que la utilización de la vivienda sea más eficiente.

¿Cómo manejar los desechos del hogar? ¿Cómo ahorrar más agua y energía? y ¿Cómo mantener más tiempo el calor dentro del inmueble?, son sólo algunas de las interrogantes que pueden ser resueltas en este manual.


Fuente: Arquitecto Abraham Senerman L.


Y es que todo lo anterior está orientado a elevar la calidad de vida de las personas que habiten el lugar. “Resulta fundamental proveer las óptimas condiciones de hábitat para las personas, ya sea en la vivienda o en el trabajo. Lo importante de certificar proyectos inmobiliarios es generar las condiciones ideales para las actividades humanas, además de asegurarse de que repercuta de la menor manera posible al medio ambiente”, asegura José Pedro Campos, del Instituto de la Construcción.

La realidad en Chile

La preocupación y las ganas de implantar este tipo de certificación existe. De eso da cuenta el Instituto de la Construcción, que en conjunto con el Grupo Qualitel de Francia, han generado un convenio de cooperación técnica para utilizar como referencia el método de certificación implementado por dicho país europeo. La prioridad es reducir los costos de explotación y mantención de una vivienda en ítems como la calefacción, electricidad, aislación térmica, acústica y el eficiente aprovechamiento de las energías no renovables.

Formular un modelo específico para Chile es en lo que está trabajando el Instituto de la Construcción. “Existen varios sistemas de certificación, y los modelos están convergiendo para establecer métodos comunes y parámetros regionales. Si un método está diseñado para países en los que llueve mucho, no tiene mucho sentido trasladarlo a Iquique o Antofagasta. La idea es adaptar una certificación a nuestra realidad, si no, no serviría de nada”, comenta el representante del Instituto de la Construcción.

Otros sistemas de certificación

Pese a que en Chile este sistema de certificación está aún en ´pañales´ existen otros como el LEED que ya han recorrido camino. Esta certificación está presente en nuestro país hace tres años y ya ha precertificado a edificios emblemáticos como el Titanium con la categoría Oro.

El LEED es un sistema diseñado en Estados Unidos y que, entre otras cosas, establece parámetros de calidad como en el uso del suelo, agua, energía, la calidad del aire interior, la utilización de los materiales de construcción y la innovación en el diseño del desarrollo inmobiliario. La certificación LEED es otorgada por la USGBC (United States Green Building Council), organización americana que estudia el impacto ambiental de la construcción y operación de las edificaciones. Esta certificación puede ser de catalogada como: Certificado, plata, oro o platino, lo que dependerá de la cantidad de puntos que obtenga la construcción.



DISEÑO. El edificio Cosas privilegia los espacios verdes y está pensado para generar el mayor ahorro de energía eléctrica y agua potable.
Fuente: Alemparte-Morelli Arquitectos



Este sistema premia la centralidad del edificio, así como también la densificación de los centros urbanos, la no utilización de terrenos agrícolas, la cercanía con el transporte público, la implementación de áreas verdes, la utilización de buenos aislantes y que el diseño en general favorezca el bajo consumo de energía.

“Nosotros supervisamos la obra desde el día uno. Y la gran ventaja de este tipo de certificación es que las personas pueden tener la certeza de que viven o trabajan en un edificio que tiene un buen comportamiento energético, y que por ende pagará menos gastos comunes, que está bien construido y que ha sido evaluado en todos sus aspectos, desde la calidad de sus materiales, hasta el uso de la energía. En definitiva que es una construcción eficiente acreditada por un organismo internacional de prestigio”, aclara Alessandra Nasi de Miranda y Nasi Consultores Ltda, encargados de la certificación LEED en Chile.

El futuro de los edificios verdes


El insipiente interés de las inmobiliarias por generar este tipo de proyectos es sólo la punta del iceberg. No por nada durante los últimos seis meses se ha incrementado en un 80% la cantidad de inmobiliarias que han querido saber más del tema. “Los inmobiliarios se han dado cuenta que esta certificación es un elemento de marketing sumamente poderoso, y eso la gente lo valora", comenta Alessandra Nasi de Miranda y Nasi Consultores Ltda.

En este punto también coincide el director ejecutivo del Instituto de la Construcción, José Pedro Campos. “Percibimos un creciente interés de parte de las inmobiliarias en este tipo de construcciones. Incluso existe un acuerdo en la X región para implementar y desarrollar edificios públicos con eficiencia energética, sabemos que existe interés”.

Fuente: Arquitecto Abraham Senerman L.


En tiempo de vacas flacas, en donde se pide ´apretar los dientes´, es bueno pensar que el rubro de la construcción está pensando en el futuro y el ahorro de las personas. Ahora sólo basta esperar que la tendencia se masifique en pro de diseñar construcciones más eficientes y menos agresivas con el medio ambiente. ¿Una utopía? Ojalá que no.
 

Fuente: Portalinmobiliario